
Son, nueve islas son. Nueve nada más, para perderse por el archipiélago de Azores: Santa Maria, São Miguel, Terceira, Graciosa, São Jorge, Pico, Faial, Flores y Corvo. Y a cada cual más bonita.
Se encuentran en medio del Atlántico y a 1.400 kilómetros de Lisboa. Forman parte de la Macaronesia. Se trata de un colectivo e archipiélagos del Atlántico Norte, al que pertenecen también Madeira, Canarias, Cabo Verde e Islas Salvajes. Macaronesia procede del griego y seguro que os suena más aquello de «islas afortunadas».
Açores es una región autónoma, igual que Madeira. Por tanto, tiene autonomía política y administrativa. Su capitalidad la comparten Ponta Delgada, Horta y Angra do Heroismo.
Goza de un clima subtropical, lo que favorece una vegetación espectacular a lo largo y ancho de cualquiera de sus islas. Sin olvidar que todas son volcánicas.
Normalmente recomiendan viajar entre abril y junio o en octubre o noviembre. Los veranos son mucho más cálidos. Lo que ocurre es que en Açores puedes vivir las cuatro estaciones en un sólo día. Doy fe. Puede amanecer soleado, llover, volver a salir el sol, necesitar una chaqueta y quitártela por el bochorno. Sus tiendas de souvenirs juegan con este mito, que cumple. Yo al menos lo viví en febrero, mes en el que viajé a São Miguel.
Próximamente os recomendaré qué ver en la isla: lagoas, restaurantes, gastronomía, historia, rincones… Un viaje de tres días que anima a conocer todas y cada una de las nueve Ilhas Açores.