La Primera República de Portugal tiene rostro

5 de octubre de 1910.

110 años se cumplen de la proclamación de la Primera República de Portugal. Fue mediante una revolución que se inició el día 2. El país parecía encontrarse en una situación inestable y, dicen, que el Partido Republicano ofreció la mejor alternativa. No entro a valorar, forma parte de la historia del pueblo portugués, a quien le guste y a quien no. Después vino la dictadura, la Revolución de los Claveles y el estado actual. La cuestión es que ese 5 de octubre se acabó con 800 años de reyes, reinas y de vinculación, de alguna manera, a España.

La proclamación de la Primera República supuso el cambio del himno, la bandera y los símbolos. Y fue una mujer la que le puso cara a la República.


(foto República- Wikipedia)

Gracias a un perfil de Instagram que ha hecho referencia a ella, he buscado más sobre su historia. Se llamaba Hilda Puga. Tenía 16 años cuando el escultor Simões de Almeida se fijó en ella. Trabajaba en una camisería y estaba realizando una entrega en la Rua Augusta de Lisboa. Y el artista vio en ella la cara del nuevo estado. La invitó a su taller y se convirtió en su modelo. Una mujer con una vida que duró 101 años.

Busto en Museo da Presidência da República (Simões de Almeida)

Al ser menor de edad, el escultor tuvo que pedir permiso a la madre, quien puso una serie de condiciones, entre ellas, estar presente en las sesiones y que su hija posaría vestida. Es curioso, porque la imagen aparece con gran escote, pero Hilda aseguró con 90 años que sólo llevaba un botón desabrochado.

En este enlace podéis ver una noticia del archivo de la RTP donde con 100 años recordaba la hazaña.

Y en este otro, un fragmento de una entrevista anterior.

Por cierto, escribo Hilda, pero en el vídeo se ve el comunicado de su divorcio y lo escriben sin H, Ilda.

¿Quién era Hilda?

Alguno de sus descendientes, contaron al Expresso que aceptó la petición del escultor por amor a su país porque se consideraba monárquica. Y también se divorció, siendo religiosa.
Leyendo este artículo, resumo y traduzco una historia que realmente me ha sorprendido.

Nació en Arraiolos y no dejó descendencia. Superó dos cánceres de mama con 30 y 60 años. Se casó, pero su matrimonio duró sólo dos meses. Terminó divorciándose tres años después, en 1932, imaginad en aquel entonces una mujer divorciada.

Hilda y su familia. Foto: Expresso

La familia paterna tenía una empresa de ladrillos en Campo Pequeno en Lisboa y su padre se enamoró de una de las empleadas, la futura madre de Hilda. Como era una mujer de más baja posición social, la familia le desheredó. Igualmente se fue con su mujer y tuvieron cinco hijos, entre ellos Hilda. Pero tuvo que irse a buscar la vida a la Amazonia peruana. Cuando encontró un buen empleo, Hilda y su familia viajaron en barco durante meses. Al cabo de los años, el padre enfermó. Carecía de una vitamina y le recomendaron regresar a Portugal. Falleció en el barco, en el camino de vuelta y su funeral se ofició en alta mar.

Así, la familia de Hilda pasó de vivir bien económicamente a trabajar a destajo para salir adelante. Ella empezó a trabajar en una camisería, cuando Simões de Almeida se fijó en ella. Y a la costura se dedicó hasta los últimos años de su vida. La ceguera en uno de sus ojos, le impidió morir con hilo y aguja en mano.

Hilda posando. Foto: Expresso

No tuvo hijos, decía, pero cuidó de una sobrina que siempre la llamó mamá y que desgraciadamente murió de cáncer de mama, algo que Hilda no consiguió superar, tras haber padecido ella dos y ser ya muy mayor. Estaba en una residencia de ancianos y no salió durante una década, hasta que nació un sobrino nieto.

Finalmente, con 101 años falleció, pero siempre será una de las caras de la historia de Portugal y que no sé si muchos portugueses conocen. Y hablando de caras, la de Hilda apareció en las monedas portuguesas de cinco escudos y cincuenta centavos hasta 1970.

(Espero que os haya gustado la historia tanto como a mí. Hilda parecía una mujer de armas tomar y entrañable en sus últimas imágenes. Gracias a Nem bom vento por descubrírmela hoy a primera hora de la mañana).


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *